La zona de confort es una situación en la que nos encontramos cómodos y seguros, ya que no requiere esfuerzo ni conlleva riesgos (al menos a primera vista).
Aunque estar en la zona de confort nos hace sentir bien, el problema es que nos impide crecer y progresar en todos los ámbitos.
Todos los expertos coinciden en que, aunque sea un lugar cómodo, este estado psicológico no es nada beneficioso a medio y largo plazo por las consecuencias y perjuicios que provoca a nivel de salud, tanto física como mental y física.
Salir de la zona de confort requiere valentía.
¿Por qué nos refugiamos en la zona de confort?
Caemos en la trampa de la zona de confort porque ahí nos sentimos a “salvo” y “protegidos”, por estas razones es tan fácil quedarse atrapado en esa sensación de seguridad. Sin olvidar que esta “seguridad” se acaba convirtiendo en inmovilidad y frustración para quien se queda en ella demasiado tiempo.
Pero, exactamente, ¿qué es la zona de confort?
De manera general, la zona de confort es un estado personal, social pero sobre todo mental que nos impide, en cierto modo, el desarrollo y crecimiento como individuos.
La zona de confort es aparentemente cómoda y agradable (de ahí su nombre), pero no deja de ser un largo camino en modo “piloto automático” que hace que las acciones que conforman nuestra vida se vuelvan rutinarias, en absoluto estimulantes y nos conduzcan a un letargo que nos impida nuestro enriquecimiento y desarrollo interior.
La mayoría de las personas pasan la mayor parte de sus vidas en la zona de confort, por muy aconsejable que sea salir de ella.
Salir de tu zona de confort puede ser intimidante, pero al mismo tiempo es muy gratificante y beneficioso para uno mismo/a. Te ayuda a conocerte mejor a ti mismo y te da la oportunidad de aprender, crecer y disfrutar de nuevas vivencias y experiencias.
¿Cómo saber si estás atrapado en tu zona de confort?
Como hemos dicho, la zona de confort es una situación en la que nos sentimos seguros y cómodos. Es el lugar donde NO nos esforzamos porque ya conocemos las respuestas.
Aquí hay algunas señales de que podrías estar atrapado en tu zona de confort:
1. Te sientes aburrido o insatisfecho.
2. No te esfuerzas por mejorar o aprender nuevas cosas.
3. Te cuesta tomar decisiones.
4. Sientes miedo o ansiedad ante el cambio.
5. Te aferras a lo familiar y evitas los riesgos.
6. No tienes ni metas, ni propósitos, ni deseos.
Si te sientes identificado con alguna de estas señales, quizá sea hora de salir de tu zona de confort y explorar nuevos horizontes. ¡No tienes nada que perder!
Zona de Aprendizaje y Zona de Pánico
La zona de aprendizaje es el área de nuestra vida en la que estamos dispuestos a experimentar y aprender. Es donde nos sentimos cómodos tomando riesgos, ya que sabemos que podemos controlar el resultado.
La zona de pánico, por otro lado, es el territorio desconocido que nos asusta porque no estamos seguros de lo que sucederá. Salir de nuestra zona de confort significa alejarnos de lo familiar y arriesgarnos a fracasar. Pero también significa tener la oportunidad de descubrir nuevas cosas y alcanzar nuestro verdadero potencial.
Atrévete !! … y Sal de Tu Zona de Confort hacia la de aprendizaje, recuerda lo satisfactoria que es esta zona porque seguro que ya has estado en ella.
Salir de la zona de confort. Ventajas poderosas por las cuáles es deseable salir de ella
Salir de tu zona de confort puede ayudarte a mejorar como persona y descubrir nuevas cosas sobre ti mismo.
Todos tenemos algo que nos motiva, ya sea un objetivo personal o profesional, una necesidad o un deseo.
- Nos ayuda a ser fuertes y resilientes en un mundo cambiante y que no podemos controlar.
- Abrir la mente no es solo una frase hecha: es fuente de felicidad.
- Perderás el miedo al miedo, ese gran paralizador.
Tómatelo como un reto
Consejos para ayudarte a salir de tu zona de confort
1. ¿Qué es lo que te impide salir de tu zona de confort? Analiza tus miedos y preocupaciones y trata de identificar qué es lo que realmente te está impidiendo avanzar.
2. Haz un plan. Establece metas claras y concretas para ti mismo y ponte en marcha, desarróllalas, define tu Plan de Acción y lánzate a por ellas.
3. No trates de cambiar todo de un día para otro, ya que esto probablemente será demasiado abrumador para ti. Comienza con pequeños cambios y aumenta gradualmente la cantidad de actividades fuera de tu zona de confort hasta que te sientas cómodo con ellas y las disfrutes. Date margen de tiempo y sé perseverante.
4. Si bien es importante salir poco a poco de tu zona de confort, también es importante enfrentarte a tus miedos si realmente quieres salir de tu zona de confort. Enfrentarte a tus miedos te permitirá superarlos y avanzar en tu vida. Y una vez superados te darás cuenta de que era más fácil de lo que creías.
5. Acepta el hecho de que puedes fracasar. No importa cuán bien planees o cuán preparado estés, siempre existe la posibilidad de que fracases. Acepta este hecho y no permitas que el miedo al fracaso te impida intentar nuevas cosas. Persevera y lograrás.
6. Pídele ayuda a alguien de confianza. No tienes por qué enfrentar todo solo. Si necesitas ayuda para salir de tu zona de confort, pídela a alguien en quien confíes, fórmate, aprende, pero no te quedes inmóvil.
7. Acepta el hecho de que no eres perfecto y de que nunca lo serás. No permitas que la perfección te impida avanzar en tu vida y salir de tu zona de confort. Vale más hacer (aunque no sea perfecto) que no hacer.
Tener el valor de romper hábitos mentales, personales y sociales que nos pueden convertir en la sombra de nosotros mismos/as, no es fácil.
La ley del mínimo esfuerzo nos va en contra. Por eso, el hecho de hacer este salto cualitativo como individuos es un reto que nos hará ser más fuertes y, a medio plazo, mucho mejores y más felices.
Los motivos para salir de la zona de confort pueden ser fruto de una reflexión personal (el indispensable diálogo con uno mismo) o por una motivación extrínseca.
La zona de confort: Razones para salir de ella
Hay infinidad de motivos para no quedarse en la zona de confort, pero si no se te ocurren, aquí te detallamos algunos de ellos:
1. Te ayuda a crecer como persona.
2. Te da la oportunidad de conocer gente nueva.
3. Te permite experimentar cosas nuevas.
4. Te hace más consciente de lo que te rodea.
5. Te ayuda a superar los miedos e inseguridades.
6. Te da una nueva perspectiva sobre la vida y el mundo en general.
7. ¡Es divertido y emocionante!
Si tienes un sueño o un propósito, no te rindas y lucha por conseguirlo.
La incerteza y la resiliencia
Siempre debemos estar preparados y con ganas para salir de la zona de confort, pero también somos conscientes de lo que cuesta, sea por incertezas alrededor de nuestra vida, o sea por falta de resiliencia.
Esta actitud (la resiliencia) es la que nos hace mejores, porque esta capacidad de hacernos más fuertes con la superación de los obstáculos es, sin lugar a dudas, unas de las mejores cualidades que podemos tener.
Pero la resiliencia se trabaja, no surge de manera espontánea. Y aunque no hay una fórmula mágica para trabajarla y desarrollarla, sí que hay distintos factores que la favorecen y la mejoran, como es el desarrollo de metas, la adquisición de nuevos hábitos, y la superación de los propios condicionamientos mentales a partir de una modulación gradual de nuestro diálogo interior.
Si quieres dar ese primer paso para salir de tu zona de confort, nosotros queremos ayudarte, ofreciéndote la oportunidad de poder hacerlo TOTALMENTE GRATIS… aquí
Conclusión
La zona de confort es un estado mental en el que nos sentimos seguros y a gusto, aunque no nos aporte ningún tipo de beneficio.
El problema es que nos familiarizamos con este entorno y nos resulta cómodo. Sin embargo, la zona de confort se acaba convirtiendo en un lugar de estancamiento, donde nos limitamos y no avanzamos, incluso podemos acabar convirtiéndonos en una sombra.
Es importante tener en cuenta que salir de la zona de confort puede ser desafiante y a veces incluso un poco incómodo. Pero al enfrentarnos a los nuevos desafíos, podremos expandir nuestros horizontes, mejorar nuestra visión propia y la del entorno, y por supuesto crecer como personas.