Año tras año, miles de personas se proponen cambiar algo en su vida para mejorarla, y finalmente, siempre se acaban preguntando lo mismo: “¿Por qué no cumplo mis propósitos?”. Ya que, sin embargo, la gran mayoría fracasan al intentarlo.
Si te has propuesto cambiar hábitos como dejar de fumar, hacer más ejercicio o perder peso, y no has logrado cumplirlos, este artículo te ayudará a identificar las causas y te ofrecerá soluciones para lograr tus objetivos.
¿Qué son los propósitos?
Los propósitos son metas u objetivos que nos ponemos en la vida. Pueden ser a corto, medio o largo plazo. Algunas personas les llaman también resoluciones de año nuevo.
Para cumplir un propósito, es importante tener claro cuál es nuestro objetivo, por qué lo queremos lograr y cómo lo vamos a hacer. También es muy importante escribirlo y desarrollarlo para que sea más concreto, poder describir el plan a seguir y tenerlo presente todos los días.
Sin embargo, insistimos que la gran mayoría no cumplen sus propósitos.
Según un estudio, SOLO el 8% de las personas logran cumplir sus resoluciones de año nuevo.
¿Por qué no cumplo mis propósitos? La explicación
A veces se trata de objetivos demasiado ambiciosos o no realistas, otras veces simplemente nos falta decisión o perseverancia, y en gran medida el motivo es que se empieza, pero al no tener desarrollado correctamente el propósito a alcanzar y no poder vislumbrar el camino a seguir, se abandona por perdida de motivación, o por sentirse abrumado por no saber por donde empezar.
¿Por qué no siempre cumplimos nuestros propósitos?
Se podría decir que no cumplimos nuestros propósitos porque simplemente no nos esforzamos lo suficiente.
Pero la realidad es un poco más complicada que eso. A continuación, te damos algunas de las posibles explicaciones para que tengas en cuenta a la hora de plantearte tus objetivos.
Claves para conseguir todo lo que te propongas
¿Alguna vez te has planteado por qué no cumples tus propósitos?
Año tras año pasa lo mismo: te propones cambiar algo de tu vida y, sin embargo, acabas volviendo a lo mismo. ¿Por qué ocurre esto?
La mayoría de las veces, el problema radica en que no somos conscientes de todo lo que implica cambiar.
Pensamos que basta con decidirlo o desearlo para que ocurra, pero no es así.
Para lograrlo, debemos seguir una serie de pasos y tener en cuenta algunas claves. Si las sigues, podrás cumplir todos tus propósitos.
1. Empieza por ser consciente de lo que quieres
Muchas veces, cuando decidimos cambiar algo, no tenemos muy claro lo que queremos lograr. Pensamos en una idea general y no nos concentramos en los detalles. Si no sabes lo que quieres, es muy probable que fracases.
Por ejemplo, si tu propósito es adelgazar, debes tener bien claro cuántos kilos quieres perder y en cuánto tiempo. De esta forma podrás establecer un plan realista y cumplirlo.
Por este motivo, debes describir de forma muy clara y concreta cual es el propósito o meta que deseas alcanzar. El simple hecho de hacerlo así, con metodología, te ayudará de forma sorprendente a poder ser más concreto en tus aspiraciones.
Y se necesita ser concreto para poder focalizar la mente y sacarle el máximo partido a su gran potencial, ya que en la mayoría de casos está desaprovechado.
2. Establece plazos para cada paso
Otro error que cometemos a la hora de plantearnos un propósito es no establecer plazos para cada paso.
Y eso pasa porque no disponemos de un plan de acción detallado para poder planificar las acciones o tareas a cumplir para poder avanzar.
En lugar de fijarnos una fecha para conseguir nuestro objetivo, vamos día a día sin tener un plan claro.
3. Elimina las excusas
¿Alguna vez te has puesto a pensar en todas las excusas que pones para no cumplir tus propósitos? Seguro que sí.
Lo normal es que cuando nos planteamos cambiar algo, busquemos razones para no hacerlo.
Por ejemplo, si quieres dejar de fumar, es probable que busques excusas para seguir fumando. “No puedo dejarlo porque me estresa”, “es muy difícil” o “no tengo fuerza de voluntad” son algunas de ellas.
Para evitar esto, debes ser consciente de las excusas que pones y tratar de eliminarlas. Si te das cuenta de que siempre buscas una razón para no hacer algo, es probable que no tengas muchas ganas de cambiar.
4. Pide ayuda
Alcanzar algo puede ser muy difícil, sobre todo si no tienes ningún método o sistema para poder seguirlo y así asegurar el resultado que deseas.
Por eso, no tengas miedo de pedir ayuda a alguien que tenga experiencia. Encontrar a alguien que esté dispuesto a ayudarte te será de gran ayuda para conseguir tu propósito, y te será más fácil poder conseguirlo.
5. No te rindas
Cambiar algo o alcanzar tus deseos requiere esfuerzo y perseverancia.
Hay que tener en cuenta que, muchas veces, los resultados no son inmediatos. Por eso, es importante no desanimarse y seguir luchando por lograrlo.
Si te encuentras en un momento difícil o te sientes tentado de abandonar, piensa en todas las razones por las que quieres cambiar. Recuerda también que los fracasos forman parte del proceso y que, si caes, podrás levantarte y seguir adelante.
Y si no deseas más fracasos, entonces aprende la metodología que te permitirá no fracasar nunca más en la consecución de tus deseos.
Ejemplos de propósitos
Cuando nos planteamos objetivos o propósitos, a menudo tenemos la intención de llevarlos a cabo, pero por alguna razón no siempre lo conseguimos.
A continuación se muestran algunos ejemplos de los propósitos más comunes.
-Ejemplo 1: Propósito personal
Me gustaría bajar de peso y/o ponerme en forma.
En este caso, el objetivo es bastante general y es posible que necesitemos ser más específicos para tener éxito.
Algunas ideas podrían ser: “Me gustaría bajar 5 kg en 3 meses”, “Me gustaría correr una maratón en 9 meses” o “Me gustaría reducir mi porcentaje de grasa corporal del 30% al 20%”. Una vez que hayamos establecido nuestros objetivos, necesitaremos planificar cómo lograrlos desarrollando el Plan de Acción.
-Ejemplo 2: Propósito académico
Me gustaría aprobar todas mis materias este semestre.
Algunas formas de hacerlo más específico podrían ser: “Me gustaría sacar una ‘A’ en todas mis materias”, “Me gustaría aumentar mi promedio general en un punto porcentual” o “Me gustaría aumentar el número de horas que dedico al estudio cada semana de 5 a 10”.
Lógicamente, una vez establecido nuestro objetivo, necesitaremos elaborar un Plan de Acción para alcanzarlo.
-Ejemplo 3: Propósito profesional
Me gustaría conseguir un mejor trabajo.
De nuevo, este es un objetivo bastante general y poco concreto para ser alcanzado.
Algunas formas de hacerlo más específico podrían ser: “Me gustaría conseguir un trabajo que me permita ganar un salario mensual de X$”, o “Me gustaría conseguir un trabajo que esté relacionado con mi carrera”.
Una vez que hayamos establecido nuestros objetivos, necesitaremos buscar maneras de lograrlos, y la mejor es desarrollando su plan de acción y la medición asociada (fitxa al curs metes) al mismo.
-Ejemplo 4: Propósito social
Me gustaría hacer más amigos.
Al igual que los anteriores, este es un propósito bastante general.
Algunas formas de hacerlo más específico podrían ser: “Me gustaría conocer a 10 nuevas personas este mes”, “Me gustaría unirme a un club o grupo de interés” o “Me gustaría asistir a 2 eventos sociales por semana”.
Y volvemos a lo mismo, ahora la descripción del Plan de Acción es la que determinará que consigas o no tu propósito.
¿Por qué la mayoría de gente fracasa?
Algunas personas tienen el objetivo de perder peso, otras quieren dejar de fumar, muchas desean aumentar sus ingresos, o viajar más.
Sin embargo, la gran mayoría fracasa en sus intentos.
Recuerda el estudio realizado por la Universidad de Scranton, SOLO el 8% de las personas que se proponen un objetivo lo logran.
Y los motivos de porque se fracasa en tan gran medida son:
1. No son específicos
Un objetivo tiene que ser claro y concreto para poder medirlo y saber cuándo lo has conseguido. “Quiero bajar de peso” es un objetivo muy vago que no te ayudará a saber si lo estás consiguiendo o no.
En cambio, “quiero bajar diez kilos en tres meses” sí que es un objetivo claro y específico.
2. No tienen en cuenta sus emociones
Tener en cuenta cómo te sentirás después de conseguir tu objetivo te ayudará a motivarte y a persistir cuando las cosas se pongan difíciles.
3. No son realistas
Un objetivo tiene que ser desafiante pero a la vez factible.
Si es demasiado difícil, te sentirás frustrado y si es demasiado fácil, no te motivará suficientemente.
4. No tienen un plan de acción
Un objetivo no se consigue de la noche a la mañana, necesitas un plan de acción bien desarrollado para conseguirlo.
Debes identificar los pasos que tienes que seguir y establecer un plazo para cada uno de ellos.
5. No miden su progreso
Asegurarse de que estás avanzando hacia tu objetivo te ayudará a mantenerte motivado y enfocado.
Si no lo mides, es más probable que te rindas antes de alcanzarlo.
6. No tienen apoyo
Tener el apoyo de saber que herramientas se deben utilizar en cada momento o fase del proceso es determinante en la consecución de objetivos y propósitos.
7. No son persistentes
Los objetivos requieren esfuerzo y dedicación. Si te rindes fácilmente, es probable que no logres nada, nunca.
Por tanto, para tener éxito y alcanzar nuestros objetivos, debemos ser específicos, tener en cuenta nuestras emociones, ser realistas, tener un plan de acción y medir nuestro progreso.
Y para ello, lo mejor es utilizar el método que te permite conseguirlo.
