¿Qué es la inteligencia emocional?

Hasta hace relativamente poco, el término Inteligencia Emocional era un concepto desconocido en el campo de la psicología. Hoy en día, en cambio, este concepto que vamos a analizar es un valor en alza que se hizo popular a raíz de la aparición del libro del psicólogo y periodista estadounidense Daniel Goleman. El libro, publicado en 1995, y que rápidamente se convirtió en un best seller a nivel mundial, cambió el enfoque de la disciplina psicológica.

Goleman basó parte de su teoría en el trabajo realizado por el psicólogo Edward Thorndike que, en 1920, bajo el concepto inteligencia social, puso los fundamentos para ser más sabios y efectivos en las relaciones humanas. Sin embargo, para contestar a la pregunta ¿qué es la inteligencia emocional y para qué sirve? hemos de consultar al profesor Goleman.

¿Para qué sirve la inteligencia emocional?

En su best seller Emotional Intelligence, Goleman explica las ventajas de su desarrollo. Entre otras muchas:

  • Conocernos a nosotros mismos.
  • Saber identificar, en consecuencia, las emociones de los demás (empatía).
  • Aprender a tranquilizarnos a nosotros mismos y tolerar situaciones estresantes
  • Saber convivir con los demás por el aumento de la empatía y, en consecuencia, trabajar mejor en equipo.
Qué es la inteligencia emocional

¿Por qué es importante la inteligencia emocional?

La Inteligencia Emocional incorpora un elemento muy innovador y aparentemente paradójico: nos ayuda a llevarnos mejor con nosotros mismos, porque nos da las herramientas para conocernos. En este sentido, recupera la esencia del aforismo griego nosce te ipsum (conócete a ti mismo).

La inteligencia emocional aplica el intelecto a la vida emocional del individuo. Si nos conocemos, si sabemos interpretarnos -e incluso perdonarnos o tomarnos un poco más a broma- en consecuencia nos resultará más fácil hacerlo con las personas de nuestro entorno. Es fácil intuir que ello beneficiará nuestra vida personal, afectiva, social y laboral.

Ventajas de la Inteligencia Emocional

En realidad, y utilizando el sentido común, se trata de caernos bien a nosotros mismos, lo cual no significa que nos creamos mejores al resto, sino que estamos satisfechos de nuestras vidas, aunque seamos plenamente conscientes que no somos perfectos y que, como todo el mundo, podemos mejorar en muchos aspectos.

Ejemplos de consecuencias positivas:

  • Entendemos más a los otros, porque nos entendemos a nosotros mismos. Somos empáticos (inteligencia emocional interpersonal).
  • Crecemos en autoestima, y nos volvemos más inmunes a las críticas negativas y a las relaciones que no nos aportan positividad.
  • Nos sentimos más felices, enérgicos y creativos porque confiamos en nosotros mismos.
  • Si nos queremos más, nos cuidamos. Las personas inteligentes emocionalmente suelen llevar una vida sana y saludable.

Hoy en día le debemos a Goleman conocer la importancia que juegan las emociones en nuestras vidas: siempre influyen consciente o inconscientemente en las decisiones y caminos que vamos tomando a lo largo de nuestra existencia.

Cómo desarrollar la inteligencia emocional

Los expertos coinciden mayoritariamente en cinco factores a tener en cuenta para hacer crecer nuestras habilidades emocionales.

  1. Autoconciencia: Conocerse a ti mismo.
  2. Autocontrol: la cooperación o simbiosis del mundo intelectual y emocional.
  3. Empatía: conectar con los demás.
  4. Habilidad social: ligado a la empatía, saber relacionarnos con los demás, ser un buen comunicador y saber escuchar de manera proactiva. Este apartado es especialmente importante cuando se trabaja en equipo.
  5. Automotivación.

Cómo mejorar la inteligencia emocional

Así como el coeficiente intelectual es un factor determinado básicamente por factores genéticos y, en consecuencia, poco mejorable, los expertos coinciden en que la inteligencia emocional es fruto también de los genes, de la educación recibida y de las experiencias vitales.

Existen pautas que sirven para aumentar las habilidades emocionales y se aplican en los cursos de motivación y aprendizaje social, con buenos resultados. Los programas formativos pueden ayudarnos a aumentar nuestras habilidades sociales hasta un 50%. No olvidemos que nuestro cerebro tiene plasticidad neuronal y pueden, con la ayuda adecuada, crear las sinapsis cerebrales para ser más sociables y empáticos.

Un hecho empíricamente comprobado es que los individuos nos volvemos más inteligentes emocionalmente a medida que nos hacemos mayores. La edad nos ayuda.

10 pasos necesarios para mejorar tu inteligencia emocional

Estas diez pautas que te exponemos se basan en un programa realizado en el 2009 con un grupo de voluntarios.

Diez pasos para mejorar tu inteligencia emocional

1. Intelecto y emoción: dos caras de la misma moneda

Somos seres emocionales y debemos aceptarlo. No podemos eliminar las emociones de nuestra vida, pero sí que podemos aprender a identificarlas, entenderlas, saber de qué manera influyen en nuestra manera de pensar y en nuestra conducta. A veces nos sentimos defraudados, por ejemplo, y ni siquiera sabemos la razón. Es importante escucharnos a nosotros mismos e identificar el porqué de este sentimiento. Solo así aprenderemos a darle la importancia que se merece. Esta manera de proceder es una técnica que mejoramos a medida que la aplicamos.

2. ¿Cuántas emociones sabes verbalizar?

Existen cuatro emociones básicas, origen de todas las demás: alegría, tristeza, enfado y miedo. 

Para saber interpretar nuestras emociones es necesario saberlas verbalizar. Cuantos más matices, más variedad tengas, más fácil te resultará saber que emoción estás sintiendo. No digas “Estoy enfadado” si es más correcto “irritado, defraudado o furioso”.

La importancia de un vocabulario amplio es importante. No dominar el lenguaje limita el conocimiento de lo que estás sintiendo, creando la angustiosa sensación de no identificar qué te está ocurriendo.

3. Saber identificar emociones primarias y secundarias

Con un ejemplo se entenderá mejor: hace tiempo que en tu empresa estás esperando un ascenso. Al final, se le concede a otra persona y tú te sientes defraudado o traicionado. Si profundizamos cual es tu emoción en origen es tristeza, porque has sentido que no estás suficientemente valorado.

4. Sé indulgente y no te juzgues por sentir lo que sientes

Las emociones sirven para informarte de la situación, tienen su función y son esenciales para poderte orientar en la vida.

Las emociones negativas te previenen. No luches contra ellas. Simplemente intenta entenderlas para comprender perfectamente el peligro del cual te están avisando. El miedo avisa de un peligro. El enfado te hace atacar o defenderte. La tristeza te avisa de una pérdida y te prepara para el duelo. La alegría te hace repetir las conductas que te la hagan volver a experimentar.

Las emociones no son buenas ni malas: son una fuente de información que puedes utilizar hábilmente.

5. La importancia del lenguaje gestual

Si te cuesta identificar tus emociones, fijarte en tu lenguaje corporal te ayudará a saber qué te ocurre.

Cruzarse de brazos, rubor, aumento de los latidos del corazón: todos ellos son síntomas interpretables, para ti y para los demás.

6. Trabajar el autocontrol

Los sentimientos son la causa de la emoción y de lo que piensas sobre ella. La emoción es inevitable pero lo que piensas sobre ella sí puedes controlarlo.

Decidir el pensamiento que se deriva de una emoción es la condición básica autocontrol.

7. ¿Qué hay detrás de una reacción?

Ahora vamos a referirnos a las reacciones de los demás. Somos testigos de reacciones que pueden no ser evidentes. Si alguien insulta a otro, puede ser que esté enfadado o tal vez, le tenga miedo y es su forma de defenderse.

Este ejercicio (tratar de adivinar qué siente alguien según su reacción) ayuda muchísimo a empatizar con los demás. Y te ayudará a aprender sobre ti mismo.

8. Escribir un diario

Apunta en una libreta tus sentimientos: este ejercicio tiene un efecto calmante porque te ayuda a intelectualizar previamente lo que sientes.

9. Sé asertivo

La fórmula general es “Me siento X (emoción) cuando haces Y (conducta) en la situación Z”, teniendo en cuenta lo siguiente:

Un ejemplo sería: “Me siento frustrado porque no tienes en cuenta mis indicaciones cuando creo que pueden ser muy importantes para la empresa”.

10. Ve paso a paso

Una conducta emocionalmente inteligente sería convertir tu intento de prestar más atención en algo práctico: ejemplo apagando tu móvil y dejando de lado tus preocupaciones cada vez que te relacionas con alguien. Poco a poco, harás de estas prácticas tu rutina de vida.

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