Reseña del libro “Hábitos Atómicos”

El libro del cual te voy a hablar es, para mi, uno de los mejores libros de hábitos que se han escrito. Aunque no seas consciente, los hábitos han marcado, marcan y marcarán nuestras vidas. Si los tenemos buenos, es probable que todo nos vaya bien, pero si son malos, nuestra existencia puede convertirse en una pesadilla. Visto así, seguro que te preguntarás “entonces, ¿por qué no elegimos los hábitos buenos”. Pues ese es el quid de la cuestión, tomar sabias decisiones y elecciones, y como ya te advertimos que no es tan fácil como parece, para echarte una mano te recomendamos la lectura de Hábitos Atómicos, de James Clear, que seguro que despejará tus dudas y te indicará el camino que debes seguir para alcanzar tus objetivos.

“Hábitos Atómicos”, un resumen de teorías

Para empezar, te diremos que no es un libro cualquiera y que hemos de dar por sentado de que sus consejos son buenos porque ha vendido un millón de copias y se ha traducido a más de 40 idiomas. Otro punto a favor es que el autor reconoce que no es que él haya sido el descubridor de todo este conjunto de ideas para mejorar en nuestro día a día, sino que su libro es nada más y nada menos que un resumen de diferentes pensamientos de otros autores, que él ha recogido y a los que ha aplicado un tratamiento especial que, en este caso, consiste en explicarlas de una manera sencilla y práctica, que esté al alcance de todos.

Lectura fácil y llena de ejemplos

Para universalizar su lectura, el libro incluye un compendio de ejemplos cotidianos que nos encontraremos en nuestras vidas sobre diferentes tipos de hábitos: de trabajo, de finanzas, de salud, de educación, de alimentación…

Atomic Habits ¿qué son?

Para Clear, son pequeños hábitos que forman parte de un gran sistema, y así como los átomos forman moléculas, los hábitos atómicos crean grandes resultados.

Su teoría es tan simple como que debemos enfocarnos en los pequeños cambios, que son los poderosos, cuando, desgraciadamente, estamos acostumbrados a pensar que es un gran acontecimiento el que nos va a cambiar la vida. Aquí os dejamos una de las lecciones claves: el éxito es el producto de nuestros hábitos diarios, no de un acontecimiento único.

Nuestra vida es un reflejo de nuestros hábitos, tanto los buenos como los malos. Por ejemplo, nuestro conocimiento es un reflejo de nuestros hábitos de estudio y aprendizaje, nuestro desorden es un reflejo de nuestros hábitos de limpieza, etc. Obtenemos lo que repetimos constantemente. ¿Debemos tener metas? Obviamente, sí, porque es necesario marcarte un reto para saber hacia dónde queremos ir, pero con eso solo no alcanza. ¿Cuál es la clave? El proceso que seguimos para lograrlo, llamémosle metodología, llamémosle hábitos que suman.

Clear y los tres niveles de cambio

Sí, sí, parece claro, pero vayamos al meollo del asunto: cómo cambiamos nuestro comportamiento para mejorar. El autor nos apunta tres niveles de cambio: los resultados (lo que logras), los procesos o sistemas (lo que haces), y la identidad (tus creencias).

Pero antes, hay que abordar un tema inexcusable y profundo, como es nuestra identidad. Si no la empezamos a trabajar, no hace falta que intentemos cambiar nuestros sistemas para conseguir los resultados. De la misma manera, si no cambiamos nuestras creencias y la imagen que tenemos de nosotros mismos es muy difícil adoptar nuevos buenos hábitos. Esto no quiere decir que tengamos que cambiar nuestra forma de ser, sino que tenemos que convertirnos en la persona que lleva a cabo los hábitos que queremos incorporar. Cada pequeño hábito reforzará nuestra identidad.

Cómo conseguir mejores hábitos en 4 pasos

Cada hábito sigue un patrón de 4 pasos, dos relacionados con el problema (señal y deseo) y dos con la solución (respuesta y recompensa).

Un ejemplo más que ilustrador: sales de casa de tu hermana, pasas por una tienda (señal), te dan ganas de comprarte unos pantalones (deseo), entras en el comercio y te compras un par (respuesta), te los pones al día siguiente y todo el mundo te dice que te sientan de maravilla (recompensa). Estos cuatro puntos, por sí solos, no constituyen nada, pero vincularlos les da un sentido: hemos emparejado salir de casa de tu hermana con comprar pantalones que te sientan bien.

Hábitos atómicos ¿cómo conseguimos incorporarlos?

Clear nos presenta 4 leyes para cambiar nuestro comportamiento, cada una relacionada con estos cuatro pasos.

  • Para la señal: hazlo obvio. Para cambiar nuestros hábitos primero debemos identificarlos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos cambiar.  Luego nos sugiere que categoricemos los hábitos según sean hábitos que nos benefician en el largo plazo, nos perjudican o son neutros.  Y, al final,  cuando decidamos qué nuevo hábito queremos incorporar, debemos utilizar el siguiente formato: Cuando pase X, entonces voy a hacer Y.
  • Para el deseo: hazlo atractivo. El deseo es nuestro carburante, y para esto nos sugiere la fórmula anterior de encadenar hábitos, darle una vuelta más, emparejando hábitos que necesitamos incorporar con hábitos que realmente disfrutamos. Y si lo que queremos es eliminar los malos hábitos, entonces tenemos que hacer lo contrario, hacerlos poco atractivos, insatisfactorios y difíciles.
  • Para la respuesta: hazlo fácil. Se trata de repeticiones no de tiempo. Cada repetición es un pequeño logro, y cada pequeño logro nos da una sensación de progreso. Eso es lo que tenemos que mantener. Es una reacción humana apelar a la ley del mínimo esfuerzo, por eso tenemos que simplificar nuestros hábitos. Cuanto más fáciles sean, más fácil será el poderlos incorporar en nuestra rutina diaria.
  • Para la recompensa: hazlo satisfactorio. Las recompensas inmediatas te hacen sentir bien, pero a largo plazo nos lleva a una situación que nos hará sentir mal, y en cambio, en los buenos hábitos es al revés: no suele haber recompensa inmediata, pero a largo plazo lograremos estar en una situación que nos hará sentir bien. Este mecanismo ayuda a adoptar más fácilmente los buenos hábitos, pero también se necesita tener fuerza de voluntad y, si no tienes, entrénala incorporando recompensas positivas a corto plazo.

La regla de Ricitos de oro

Para concluir el libro, nos da algunos trucos para poder tener mayor éxito. Y nos explica la regla de Ricitos de oro: para mantenernos motivados, tenemos que trabajar en cosas que estén al límite de nuestras habilidades, no en cosas que sean demasiado fáciles o demasiado difíciles, que tengan la dificultad justa. O sea, desafíos sí, pero que se pueden alcanzar o superar. Hay que intentar que el nivel de exigencia no sea ni mucho ni poco, porque el mayor enemigo del éxito no es el fracaso sino el aburrimiento.

Y te garantizamos que con este libro no te aburrirás. Seguro.

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